Raúl Fuentes Zepeda, Investigador del Departamento de Industrias USM, junto a expertos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y de la Universidad de Concepción buscan que el producto obtenga el sello de Denominación de Origen.
El año 2015, tras un largo trabajo de investigación desarrollado en el marco del proyecto de innovación social lanzado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuyo objetivo era potenciar la agricultura familiar campesina a nivel mundial –sector que representa cerca del 80% de la producción agrícola–, expertos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y del Departamento de Industrias de la Universidad Técnica Federico Santa María lograron el increíble hito histórico de recuperar la semilla original del Tomate Limachino antiguo, un fruto que llevaba más de 35 años desaparecido.
Sin duda, fue un increíble hallazgo, que fue celebrado por los vecinos y que se logró gracias al trabajo complejo de los investigadores, quienes hicieron una recopilación histórica del producto y llevaron a cabo una minuciosa revisión de cientos de semillas, hasta dar con aquellas que trajeran de vuelta a este apetecido fruto, reconocido por su exquisito sabor, aroma y su especial forma.
Con este valioso trabajo se pudo revivir la producción y comercialización de este fruto entre los agricultores y habitantes de las comunas de Limache y Olmué, e incluso abrir el mercado hacia fuera y llevar el Tomate Limachino Antiguo a la cadena de supermercados Jumbo en varias comunas de Santiago. Desde ahí, se está trabajando ya en expandir la comercialización hacia otras regiones del país, la cual comenzará con un plan piloto en La Serena durante la presente temporada.
Nuevas investigaciones
Lo que pocos saben es que, tras este gran hallazgo, los investigadores de ambas instituciones no se detuvieron y hasta ahora han continuado en proyectos que buscan cuidar y potenciar la producción del Tomate Limachino Antiguo, desde diferentes aristas.
Actualmente, el principal objetivo de los expertos del INIA y la USM es lograr obtener el sello de Denominación de Origen para el Tomate Limachino Antiguo. Este es un sello otorgado por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), que permite asociar el producto con una zona geográfica específica del país, lo cual lo vuelve único en el mundo, considerando, entre otros factores, sus especiales características y su específico proceso de producción, protegiendo de esta forma a los productores y al producto.
Raúl Fuentes Zepeda, Profesor e Investigador del Departamento de Industrias USM y uno de los expertos que lidera la investigación, explicó que “estamos enfocados en obtener el Sello de Denominación de Origen, con el objetivo de convertir al Tomate Limachino Antiguo en la primera hortaliza en Chile en ser designada como tal. Esta es una herramientas muy poderosa en términos comerciales, porque indica que el producto es único en el mundo y hace sustentable el negocio para la agricultura familiar campesina de la Cuenca de Limache (comunas de Limache y Olmué). Y para lograr obtenerla se requiere de un trabajo bien técnico y un alto nivel de especialización”.
Las ventajas que otorga el sello de Denominación de Origen son el aumento de su competitividad, gracias al necesario esfuerzo de asociatividad que se debe generar entre los productores; el aumento de la vinculación con “lo nuestro”, destacando las tradiciones locales; el contar con protección frente a la competencia desleal; informar la calidad y características sobre el producto, favoreciendo el valor de lo único y distinto en los consumidores; y fomentar el turismo (rutas turísticas, gastronómicas y culturales) y nuevos servicios que agreguen valor al fruto, gracias a la existencia de productos que se vinculan con determinados territorios.
Según indicó Fuentes, para comprobar las características únicas del Tomate Limachino Antiguo es necesario hacer un trabajo científico sobre el producto, pero también una investigación del punto de vista histórico, económico y social, para comprobar que efectivamente el fruto tiene un valor tan especial. “Es fundamental demostrar que los atributos característicos de este fruto están relacionados a las condiciones edafo-climáticas de la Cuenca de Limache; a la propia historia socio-económica y cultural de esta Cuenca; y al manejo agronómico que llevan a cabo los productores –en términos de cultivo y cosecha–, que permiten identificar un factor diferenciador respecto a otras especies de tomates. Este último atributo es uno de los más relevantes y críticos al momento de la evaluación por parte de INAPI, el demostrar que existe un factor humano diferenciador contenido en el fruto”, puntualizó.
La historia del Tomate Limachino
En esta fase de la investigación, quien ha tomado una especial relevancia ha sido el historiador limachino y Director del Departamento de Historia de la Universidad de Concepción, Fernando Venegas Espinoza, quien está encargado de estudiar los aspectos históricos de este cultivo.
“El estudio que estoy realizando busca demostrar cómo fue que se llegó a generar un tomate tan distintivo a lo largo de la historia. Quizás eso para nosotros es evidente, nadie podría dudar que el Tomate Limachino fue tan valorado y cotizado. Sin embargo, para lograr que esto sea considerado oficialmente hay que evidenciarlo en una investigación que así lo indique”, explicó Fernando Venegas.
Para esto, el profesor limachino ha realizado una revisión histórica con varias fuentes y documentación, pero enfocándose especialmente en la memoria de personas que vivieron en la época de mayor auge de este tomate. “La identificación con el Tomate Limachino está instalada en el valle, pero la identificación de la relación calidad-origen se dio desde afuera. Desde allá le llamaron Tomate Limachino y la idea es saber cómo se generó esa identificación”, agregó el académicos.
Según Fernando Venegas, lo principal es que el estudio de la historia del Tomate Limachino permite valorar una forma de desarrollar la agricultura distinta a las actuales. “Esta comuna está inmersa en una Reserva de la Biósfera, que permite avanzar en otras posibilidades de desarrollo, como este tipo de agricultura distinta, que valora la tradición, con una lógica más natural. Eso se contrapone con lo que está pasando actualmente, con la instalación de grandes proyectos energéticos en Limache, que van en dirección totalmente opuesta”, puntualizó el historiador.
Fuente: Diario El Observador (Viernes 10 de Agosto de 2018)