Hoy Everton es el gran pilar deportivo de la Ciudad Jardín. Cuatro títulos nacionales, goleadas y grandes héroes y heroínas, entre otros, han construido la historia de uno de los planteles de balompié más antiguos del país.
Fue en el Cerro Alegre, el 24 de junio de 1909. David Foxley, un adolescente había prestado su casa para una reunión con amigos y vecinos, quedó a la cabeza. Así se fundó Everton, que hoy lleva el apellido “de Viña del Mar”. El grupo de escolares, entusiasmado por un rumor que circulaba en la prensa sobre la visita del Everton de Liverpool a Chile, decidió crear un club de fútbol y nombrarlo en homenaje al equipo inglés.
Primero en Valparaíso, los pasos iniciales del club fueron cerrados al círculo de fundadores. Según cuenta Pablo Diez, profesor del Departamento de Industrias de la Universidad Técnica Federico Santa María e investigador sobre Everton, los integrantes partieron organizándose con convocatorias para practicar en las calles, desafiándose informalmente con otros equipos de la zona. Pero pasados tres años, los adolescentes decidieron salir del vecindario y llamar a nuevos socios. Con estas nuevas caras se presentaron a la Asociación de Fútbol de Valparaíso y el club fue aceptado.
“La primera década de Everton en el fútbol está marcada por el ánimo, el espíritu. En las competencias, los partidos amistosos que organizaban pierden, pero hay pujanza. A pesar de que los resultados iniciales no eran buenos, seguían”, semana Diez.
Pese a que no se conseguían mayores alegrías con el fútbol, Everton fue un club de deportes, y para los inicios fue el atletismo el que vino a afirmar la institución a partir de 1911. Contando con grandes figuras como Harald Rosenqvit en esta disciplina, campeón sudamericano en 1919 y 1920, el club consiguió logros significativos como ganar el campeonato de la IV Zona por tres años consecutivos.
La esperada mejora en el fútbol tardó pero llegó. En 1924, con la participación del destacado Carlos “Chaleco” García, Everton comenzó a tener buenas actuaciones. “Ahí hay un cambio de switch, varios socios pujan por transformar la institución en una centrada en el fútbol y competitiva. Jugar para ganar”, detalla el investigador.
En la Ciudad Jardín
“Ocurrió una pelea entre los dirigentes de la Liga Profesional Porteña”, explica Pablo Diez sobre la salida de la institución de Valparaíso. Según cuenta, Everton estuvo en un periodo de receso y resurgió en 1942 con un –para entonces– novedoso sistema de socios.
Con los recursos recaudados, el equipo pudo consolidarse competitivamente, haciéndose llamativo en Valparaíso. Así, se asoció a la Liga Profesional Porteña, pero con sus nuevas condiciones, comenzó a organizar partidos y traer a la región a equipos como Colo-Colo, Unión Española e incluso Boca Juniors. “Esto generó cierta envidia, y le pusieron sanciones a Everton, fijando partidos al día siguiente de sus amistosos organizados. Los dirigentes de Everton, molestos, decidieron renunciar a la Liga Profesional Porteña y toman la decisión de radicarse en Viña del Mar al considerar que la mayoría de sus socios vivían allí”, dice el académico.
Con el Estadio El Tranque como sede –hoy Estadio Sausalito–, el club llegó a instalarse como el símbolo del deporte viñamarino y a consolidar su carrera en el profesionalismo.
Grandes alegrías
Cuatro han sido los títulos nacionales obtenidos por Everton de Viña del Mar.
En 1950 vino el primero. En el Estadio Nacional contra Unión Española, Everton ganó 1-0 con un gol de René Meléndez Brito, convirtiéndose en el primer equipo fuera de Santiago en ganar un título nacional. No mucho después conseguía su segundo título: el de campeón de la Primera División de 1952.
24 años tardó en llegar la tercera estrella. Tras un descenso y de lograr volver a Primera División, fue en 1976 cuando, después de una reñida competencia con Unión Española, Everton venció a los hispanos por 3-1. El último título vino en 2008, cuando el club se coronó como campeón del Torneo de Apertura.
A todo lo anterior se agrega el título de la Copa Polla Gol -hoy Copa Chile, de 1984.
Héroes y Heroínas
Para el investigador Pablo Diez, Everton cuenta con grandes figuras que han aportado tanto desde el lado administrativo como en la misma cancha.
En la dirigencia, uno es David Foxley, el hombre que dio inicio a la historia del club. También menciona a Ives Beke, impulsor a la competencia de Everton. “El le puso recursos de su patrimonio personal y es uno de los artífices del resurgimiento definitivo y la afiliación a Viña del Mar”, cuenta.
A la lista se suman Óscar Marín, presidente que conformó de manera dedicada el equipo de los años dorados, cuando se consiguieron dos títulos, y Antonio Martínez Ruiz, destacado por sacar a la institución a flote de una inminente quiebra.
Entre los jugadores de todos los planteles históricos, René Meléndez aparece como el primer mencionado. “Esto de lo mejor que tenía el fútbol chileno. Era seleccionado, goleador, muy técnico, hábil. Colo-Colo varias veces se lo quiso llevar y fue una tarea titánica mantenerlo tantos años”, señala Diez.
Otro destacado es Eladio Rojas, también seleccionado chileno para el Mundial de 1962 que hizo dos goles en dicho campeonato.
Diez también añade a Erasmo Zúñiga, parte del equipo de 1976. “Tiene el mérito de que toda su vida ha estado vinculado a Everton. Ha hecho escuelas de fútbol, levantó la agrupación de ex jugadores, levantó el mausoleo en el Cementerio Santa Inés. Pocas personas lograr el grado de identidad que tiene él con la institución”, indica.
Por último, el investigador suma a Gustavo Dalsasso, parte de la plantilla de 2008. “Jugó en Everton casi una década, identificado plenamente con los colores. Arquerazo, capitán, motivador, bueno para el camarín”, destaca Pablo Diez.
Everton además fue pionero en el fútbol femenino: ganó los dos primeros torneos (2008 y 2009), también fue el primero en conseguir el bicampeonato en Copa Chile (2009 y 2010) y el primer club chileno en alcanzar la final de la Copa Libertadores (2010), con un equipo que contaba con figuras como Christiane Endler.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso.