Ante un presupuesto fiscal mermado por las proyecciones fallidas del precio del cobre, no habría de haber sorpresa en que la destrucción de empleos fiscales aumente.
Curioso es ver cómo el gobierno se ha manifestado “sorprendido” por la última cifra de desempleo del Gran Santiago (9,4%, incrementándose 2,6 puntos respecto de la medición anterior). Curioso pues, si bien algunos representantes gubernamentales dicen haber previsto este aumento en el desempleo, se sintieron sorprendidos ante el hecho de que los efectos de la desaceleración hayan tardado tanto en manifestarse en el mercado laboral y, es un hecho relativamente comprobado por el empirismo, y por la intuición, que el mercado laboral posee una tremenda inercia pero, tarde o temprano los efectos en él se manifiestan.
Quizá lo más preocupante no sea la cifra en sí misma sino el aumento. Efectivamente esto deja traslucir una débil posición de la economía ante el ciclo económico (en este caso una desaceleración) y, en una versión pesimista, anticipa que probablemente nos veamos enfrentados a aún más alzas en el desempleo.
La razón de lo anterior se fundamenta en varios hechos. Primero, nadie sabe cuándo terminará la desaceleración. Esto es como el comienzo de una epidemia de influenza que se espera afectará a los no vacunados o a los más débiles. Claramente pareciera ser que nuestra economía no está en el mejor pie para reaccionar en tiempos de crisis. Segundo, ante un presupuesto fiscal mermado por las proyecciones fallidas del precio del cobre, no habría de haber sorpresa en que la destrucción de empleos fiscales aumente. Por último, tampoco debiese haber gran sorpresa en que el sector construcción contribuya a engrosar la lista de desempleados. Los impuestos a la nuevas viviendas y los excesivos precios de este mercado, gatillados en parte por las nuevas ordenanzas municipales, son elementos que exacerbarán la respuesta en este sector, históricamente tan “cíclico”.
Lo único que falta por comprobar es lo veleidoso de nuestra clase política. Si impulsaron una mal diseñada agenda corta anti delincuencia, quizá no nos debiera extrañar una agenda corta anti desempleo de una calidad (también) incierta basada más en la irreflexión que lo técnico.
Javier Scavia Dal Pozzo
Académico Departamento de Industrias
Universidad Técnica Federico Santa María